Muchas veces a lo largo de nuestra vida, nos vemos en situaciones difíciles, confusas, injustas, desagradables, de crisis o de angustia.

La pregunta que nos hacemos casi siempre es la misma, ¿porqué me sucede esto a a mi? ¿Porqué se repiten estas situaciones que tanto daño me hacen?

Pues bien, la vida es la “Gran Maestra” y sabe muy bien porqué necesitamos experimentar este tipo de adversidades y para qué las necesitamos.

Como personas debemos de evolucionar, aprender, ser más responsables, hacernos más fuertes, agradecer más por lo que ahora forma parte de nuestra vida (lo que verdaderamente importa, no lo que nosotros creemos que es lo más importante), valorar más nuestra vida y la de nuestros seres queridos…y un largo etc.

Lo que ocurre, es que muchas veces nos perdemos, nos dejamos, nos abandonamos, dejamos de darnos el valor que tenemos, abandonamos nuestras responsabilidades, nos dejamos arrastrar por las circunstancias y acabamos por rendirnos, por victimizarnos, sentimos que no somos capaces de continuar (sin esto o aquello).

Pero si nos paramos a pensar y nos damos cuenta de las veces que a pesar de cada situación complicada que hemos vivido/experimentado y la hemos superado (habiendo solución o no), hemos podido continuar avanzando (siempre dentro de nuestras posibilidades) y todo ello, nos ha hecho más fuertes con el tiempo.

La clave para mantener la calma, la paz y tranquilidad que necesitas, es comprender que en la vida no va a salir todo tal y como deseamos. Muchas veces y dependiendo de la situación, lo que “creemos que es importante para nosotros”, realmente no lo es tanto. Por eso la vida muchas veces cambia nuestros planes, nuestros anhelos, deseos y a veces lo que hemos construido con mucha ilusión nos lo trunca en un segundo y no entendemos por qué.

En mi experiencia a lo largo de asesorar a muchísimas personas y examinarme a mi misma y a mis circunstancias; me doy cuenta de que al final es importantísimo fluir en la vida, sobretodo lo que intentamos cambiar/forzar y no sale según lo previsto.

Entonces, ¿cuál es la solución para no perder los nervios y mantener la serenidad?

Es “rendirse y liberarse ante lo que no puedes cambiar”. Las demás situaciones en las que podamos hacer algo al respecto, lo haremos si debemos de hacerlo, pero siempre teniendo en cuenta que hay situaciones que no se pueden forzar o manipular y por tanto podríamos entorpecer o complicar aún más las cosas. Por tanto, también es importante entender las señales de la vida, respetar los tiempos, tener paciencia y esperar que sucedan los cambios.

Muchas veces la tranquilidad reside dentro de ti, no en los factores externos a ti. Si tú permites que te afecten demasiado las situaciones, las malas acciones o palabras de los demás, te estás quitando valor.

Tu paz interior es muy necesaria en estos tiempos tan convulsos. Cuando entiendes esto y lo priorizas en tu vida, podrás mantener la calma pese a la adversidad.

De todas formas, hay herramientas imprescindibles para que todo sea más llevadero. Meditar, distraer la mente, vivir en el momento presente. Realizar una Sanación energética, libera mucho emocionalmente y psicológicamente de conflictos internos y recuperar de forma inmediata la calma y continuar con tu vida con más fortaleza y serenidad.

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“No hay nadie menos afortunado que el hombre a quien la adversidad olvida, pues no tiene oportunidad de ponerse a prueba.” Séneca (2 AC-65) Filósofo latino.